Disfrutar de las playas

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Hay pocas islas con playas, que tienen su encanto natural…pero cuando las nombramos y describimos así, es por una razón, quizás la mas significativa al momento de elegirla: su riqueza natural por donde se la mire, el agua cristalina, las olas extraordinariamente incomparables y arrolladoras, la verde y escasa vegetación, exclusiva y deslumbrante… los silencios adorables, extrañable e inéditos; sobretodo cuando tu propósito se basa en descansar y relegarte por completo de tu vida laboral, son los condimentos necesarios y esenciales a la hora de adquirir tu pasaje.

Hay experiencias que cuentan que podes llegar a destino de una forma que quizás no era la que esperabas, aterrizando y que el avión te provoque nauseas, que hayas tenido inconvenientes con tu maleta a la hora de retirarla, que no localices tu hospedaje y muchas razones mas…pero llegar a una isla idealizada donde el olor y la brisa del mar te haga olvidar de todo…eso es que llegaste al lugar encantado.

Alguno de estos paraísos vienen acompañados de una gran estancia en un apasionado hospedaje…habitación con una asombrosa vista al mar, sommier de lo mas agradable, ducha escocesa y sauna apto a diario…pero todos estos son complementos que conseguimos encontrar en cualquier lugar del mundo.

En cambio, distinguir “la isla” es donde debes averiguar y llegar a fondo, así vas a poder impedir no maldecir en las aguas frías y en las turbulencias de la llegada que jamás podrás olvidar.

El concepto es que el suave recuerdo de tu viaje, sea la gran arribada a una preciosísima isla…y no el aterrizaje indomable de tu corazón.